domingo, 10 de febrero de 2013

Cuando la información se convierte en negocio

El polaco Ryszard Kapuściński dijo una vez que "cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante". Y es que es un tema que se me viene últimamente a la cabeza más de lo que me gustaría. 

J. Jonah Jameson, director del Daily Bugle en Spiderman
Si nos paramos a mirar a nuestro alrededor, en los últimos años ese "negocio", en la mayoría de las ocasiones, se ha terminado cargando el interés por la verdad, por la información y, en definitiva, por el periodismo y todo lo que ello conlleva. Y cuando digo "negocio" no sólo me refiero a los intereses puramente económicos, sino de populismo desmedido, de autobombo desmesurado, de propaganda en nombre de la verdad. Esa misma que ya no importa nada. 

Y es que no hay día en el que que los periodistas no tengamos que lidiar con un Goebbels que nos diga qué, cómo y cuándo tenemos que soltar una información para que sea "eficaz". Y es que de lo que estos empresarios no se dan cuenta es de que, por más que lo intenten, su propaganda barata y el cartel que cuelga de la puerta de su despacho que reza "Director al amiguito de turno" jamás hará de su mensaje periodismo,  ni de su persona comunicador. Y es que esta profesión se ha convertido en pocos años en una guerra sin cuartel en la que, o estas de parte del "negocio" o te quedas fuera. 

Podría poner muchos ejemplos, porque desgraciadamente cada día hay más, pero hablaré de uno muy reciente que, inevitablemente, me ha recordado a otro con el que comencé a aprender sobre esto del "negocio" de la información.  

2 de febrero de 2013. La web Fórmula TV anuncia que "CMT despide a la presentadora de sus informativos de noche por el tratamiento de la corrupción en el PP". Al parecer la cadena pública de Castilla-La Mancha despide a la periodista Victoria Vigón por oponerse a omitir (por no decir obviar, encubrir o, directamente, esconder) la portada de ese día de El País, en la que se publican las famosas notas manuscritas de Luis Bárcenas en relación a la supuesta contabilidad B del Partido Popular.

Y ya que la cosa ha empezado con televisiones públicas, sigamos con mi preferida: Telemadrid. En este caso si hablara de todos los ejemplos que tengo en mente, posiblemente no acabaría este post nunca, así que me limitaré a recordar un momento que podría etiquetar en Twitter como #vergüenzaajena. 

Octubre 2006. Germán Yanke entrevista a Esperanza Aguirre en su programa Diario de la Noche. La presidenta, en aquellos momentos, se enfada ante las preguntas del periodista, que le pide conteste a las acusaciones de la oposición de querer hacerse con el puesto de la alcaldía de Madrid. Aguirre le acusa en directo de "comprar el discurso de nuestros adversarios" (es que la cosa ya no iba de oposición, sino de enemigos). Yanke no volvió a pisar Telemadrid desde entonces. 


Menos mal que aún somos muchos Kapuścińskis para unos cuantos Goebbels....