Esta mañana ha tocado “trabajo de
campo”. Es como le llamo yo a la suerte de poder sacar un hueco, y salir a cubrir
algo a lo que llevas dando vueltas un tiempo y que, sabes, que si lo consigues,
ayudará a dar voz a alguien a quien la sociedad, o las mentes pensantes, no le interesa
escuchar.
Ceuta y Melilla son los puntos
calientes de una actualidad que parece que a los españoles ya no nos convence.
Ni sentimos, ni padecemos. Parece que estamos anestesiados ante tantas “avalanchas”,
pelotas de goma y concertinas ensangrentadas. Y, ojo: yo me incluyo.